Voy donde el tiempo no pasa, se estanca en el fondo de una casa. Cemento, ladrillos, los mismos lloros y argamasa.
Problemas de un mundo que no es el mismo que a mi me traspasa, viven en otra realidad paralela donde nunca nada pasa. Habrán tenido suerte o eligieron no usar las gafas. Conviven en un espacio que aplasta, egos que arrastran y rencores que entre ellos se matan. Verdades camufladas entre palabras que callan.
Joder que vergüenza ajena, oír de boca de quienes creí válidos, semejantes mierdas. No es que no se opongan, es que encima tienes que oírles cuando lo defiendan. Con cara de nuera y mente pasajera, volando por toda la casa hasta encontrar la puerta. Mientras tanto aprieta aprieta y desde el techo ves como se forman las grietas. Su hija defiende con uñas y dientes lo que mis labios frenan pero mi mente piensa. Brava, valienta, guerrera, nada la frena pero sin respuesta. Ya no hay conversación porque no interesa, ahora es llorar porque “todas contra mi” y doy golpes en la mesa. Me piro, este sin sentido no es mi fiesta..
vergüenza ajena
