30/7/16

Y me levanto, y me levanto.. y me levanto..

Me levanto y lloro. Muchas veces el motivo de mis lágrimas ignoro, solo se que no te veo cuando abro los ojos y me hago polvo. Y arrastro los pies uno detrás de otro sin saber muy bien como, tras de mi dibujo un surco que cuenta la historia que yo escondo. Cuando ayer me besabas en la cima de una vida que era nuestra y hoy mis labios detestas y son otras las maneras con las que te expresas, sorpresas son mis respuestas, todas escuetas,que pasan desapercibidas comparadas con años de preguntas resueltas. Estoy en la arena tendida y casi muerta, tras una batalla en la que no sabía que estaba envuelta, y no duelen las heridas causadas por lanzas negras, es tu mirada cambiada, la estocada final que pudo a mis fuerzas. No es sangre, es un líquido transparente y salado el que me cubre entera. Ahora no quieres querer y no parece que quieras encajar las piezas. Si me doy la vuelta, te molestas, y lanzas dardos con fuego que esquivo cuando me flaquean las piernas. No es justo que impongas a medias, cuando lo que tu quieres es justo lo que me mata de pena. Entre mis manos unas llaves que tanto me cuentan, que ahora no abren nada por que son otras manos las que abren la puerta, cuelgan de ellas momentos enganchados a cadenas, que no quieren irse ni formar parte de otra vida que no sea la única que recuerdan. Dolores de cabeza son agujas que penetran, me levanto y lloro y no puedo evitar sentirme ajena a lo que me rodea. Quién eres? Dónde están los viajes a la luna que nos quedan?.

6/7/16

Desaparecida..

Andaba la niña subida en el techo, quería tocar la luz pero cayó sin hacerlo, se desvaneció en un suelo húmedo acariciada por el viento, se acordó de cuando quiso jugar pero nadie conocía el juego. Y se levantó sin casi quererlo, impulsada por unas ganas que salían de alguna parte de su propio cuerpo. Se desnudó por fuera y por dentro, el vestido negro dormía en la cama donde ella no podía hacerlo, miraba por la ventana e intentaba adivinar el tiempo, veía sol y estaba lloviendo. Dio tumbos por la habitación y cuando vió su reflejo en el espejo se paró en seco. Sólo piel y huesos. Sólo pelo enredado y sueños muertos. Y se tapó como pudo con todo aquello a lo que tenía acceso. Dejó al aire su pecho. Era terso. Dibujó en él un punto justo en el medio y con una lágrima que salió sin esfuerzo hizo un agujero con fuerza hasta dentro. Salió sangre al son de un ritmo complejo. Río y volvió a subirse al techo. Tocó aquella luz que antes no pudo alcanzar con sus largos dedos y los ojos se le llenaron de fuego. Ya no estaba, ya no había cuerpo.

Empiezo..

Empiezo donde acaban mis miedos, a veces recuerdo lo que sueño y cuando sueño despierta luego no me acuerdo de cómo hacerlo. Leo de todo y no lo retengo, intento caminar recto pero acabo dando rodeos y al final me pierdo, si juego quiero ganar y le pongo empeño, acabo dejándome llevar y casi nunca acierto, si me gustas no me contengo, si no sabes te enseño aunque ser profeta de nada es perder el tiempo, si me atrae primero me abstengo, luego contemplo, después doy un paso hacía adelante y dejo que tu hagas el resto, si tu vas seguramente yo te diga que vengo, pierdo el interés por casi todo y me aburro rápido de lo que ya tengo, soy más de invierno, suelo obsesionarme con lo que todxs creen que no puedo, guardo la fuerza en mi pelo, ando deprisa aunque llegue a tiempo, no uso tacones pues soy más de playeros, soy tímida de nacimiento, hay quien dice que me ha visto cantar en algún momento, yo soy de silencios, soy de usar las comas en vez de puntos eternos. Si me gusta algo me entretengo, soy de distracción fácil y de difícil manejo. Doy si veo interés y si no me abstengo, estoy creciendo con todo aquello que creí aprendido y que ahora veo que no es cierto, escribo rápido si no me se el argumento, me encanta andar descalza y sentir el suelo, odio la ropa que tapa mis miedos, a veces fumo para inspirarme por dentro, otras veces fumo para llenar momentos, me acuerdo de cosas estúpidas y las importantes no las recuerdo, si pienso en vivencias las vive de nuevo mi mente y mi cuerpo, soy más de besos, estoy despertando a medida que pienso, nunca rezo, no creo en nada y a la vez creo en todo en lo que no veo, mi cabeza va más rápido de lo que funciona mi boca y por eso me cabreo, soy lo que quiero, no cuento con alguien por rellenar huecos, soy un boceto incompleto, pinto y me abstraigo de cuando no acierto, si me llamas contesto, si esperas de mi algo más concreto lo siento. Soy solo una gota de todo el mar que guardo por dentro. La vida es esto, dicen, yo sólo lo intento.

Pelos, pelitos, pelos..

“Uy ya te están saliendo pelitos, este verano ya habrá que ir a que te los quiten” – Me dijo mi madre cuando yo sufría la adolescencia y se fijó en el vello de mis axilas, que a penas estaba comenzando a salir, de hecho era más rubio que negro, pero ya se veía. Y yo pensaba “pero por qué?”, pues el pelo de mi cabeza bien que se empeñaba en insistir en que me lo dejara largo y que me lo cuidara. “La semana que viene te pido cita para depilarte, yo te acompaño”, me dijo con tono neutral y haciendo parecer que era lo que me tocaba, oye, era adolescente, mujer y cuatro pelos negros me asomaban en el sobaco, así que era lo que tocaba, no había lugar a discusiones, era mi momento y a partir de ese día el hecho de sufrir casi mensualmente iba a ser mi rutina, por si no tenía suficiente con la llegada del periodo ahora también tenía que sangrar con cada tirón de cera. Y tuve miedo, recuerdo que tuve nervios y miedo, miedo por que una mujer a la que no conocía iba a derramar cera ardiendo sobre mi piel e iba a tirar tan fuerte que iba a hacer que se me saltasen las lágrimas una y otra vez, y sobre todo miedo por que parecía que no tenía elección, era una hecho, se acercaba el verano y casi por ley estaba condenada a pasar por aquello. Recuerdo lo que me contaban mis amigas, lo que mi propia madre me decía : “A ver, duele, pero es un momento y es algo que tienes que hacer, ya eres una mujer y bla, bla, bla” A lo que yo pensaba, joder, cuando voy a la playa o a la piscina veo a hombres con las piernas llenas de pelos, tan a gusto, en bañador y no parece importarle a nadie, veo como hay algunos cuyo pelo rizado les asoma por el cuello de la camiseta y a nadie parece importarle, veo como cuando se quitan la camiseta el bello de la espalda se les junta con el pelo de la cabeza y oye, a nadie parece importarle, veo a señores con tal cantidad de pelo en los orificios de las orejas que bien podrían hacerse trenzas, y joder, a nadie parece importarle, pero mis cuatro pelos en la axila parecían ir tan contra natura que mínimo daban derecho a detenerme en cualquier piscina. Y allí estaba, esperando mi turno, en una habitación que olía a cera y vergüenza, cagada de miedo por ser mi primera vez, desnudándome frente a una mujer que esbozaba una sonrisa como si disfrutase con lo que se me venía encima. “Bueno, tu tranquila, si esto no es para tanto..” Pues resultó que si lo fue y lo que me jode ahora es que ella lo sabía, igual que lo supo mi madre que al contrario de lo que me dijo, no me acompañó, pero más tonta fui yo, que fui por mi propio pie, bajo la presión que ser mujer ejercía sobre mi en aquella época. La señora untó un palo de madera en la cera caliente que contenía una máquina enchufada a la corriente, dió varias vueltas a ese instrumento mortal y dejó caer esa cera sobre mi piel. Quemaba, la mujer sopló y yo noté como ese líquido pastoso penetraba en cada poro, ella seguía sonriendo, yo miré para otro lado para no darle el gusto de ver la lágrima que caía de mi ojo. Y a la de una, dos, tres.. Raass! Tirón, dolor, puntos de sangre, más lágrimas, y ella: “ Ya está, ves, no es para tanto”. Cuando la escena se repetía una y otra vez en la otra axila, en una pierna, en la otra, en los gemelos, yo sólo podía pensar en mi madre, en como me engañó, en como se la iba a hacer pagar, y sobre todo, en que esta iba a ser la primera vez y la última que yo iba a pisar en un sitio de estos. Salí de allí escocida de arriba abajo, con la piel llena de puntitos de sangre, nerviosa aún, con los ojos llorosos y lo peor es que tuve que pagar a esa señora, le tuve que dar dinero por hacerme sufrir, que habrá a quien le guste, pero a mi está claro que no. Bueno pues seguí haciéndolo, seguí yendo a centros de estética a que mujeres derramasen cera caliente sobre mi y tirasen de ella con la misma sonrisa que la primera señora, seguí, obviamente, pagándolas por ello, seguí llorando cuando no soportaba según que tirones y seguí pasando miedo cada vez que esperaba mi turno. Tenía claro que no tenía elección, hay poderes que conllevan una gran responsabilidad y ser mujer lleva arraigado el hecho de sufrir por depilarse, y por llevar tacones, y por entrar en ropa ridículamente ajustada, y por usar sujetador, y por tener que maquillarte para según que ocasiones.. Y un largo etc que antes daba por hecho y asumía y que a día de hoy, pues mira, no me da la gana. La cosa era que si no lo hacía iba a sufrir la mirada de tantas y tantos cuando me quedase en bikini, por ejemplo, en la playa, o cuando fuese de tiendas con mis amigas, o cuando me diese por ponerme una falda o una camiseta sin mangas, y esa presión social, ese dedo acusador era más fuerte, por aquel entonces, que cualquier principio o decisión propia que ahora pueda tener. Años más tarde, ví como mi hermano pequeño no tenía por que pasar por ciertas cosas a las que yo si que tengo que someterme. Él si puede usar pantalones cortos sin tener que depilarse las piernas, él si que puede estar sin camiseta casi en cualquier sitio y encima sin tener que depilarse y a demás, él es libre de decidir si quiere o no quiere depilarse, por que de las dos formas está bien visto en un tío. No entendía nada. Hace poco le dije a mi madre que llevaba unos meses sin depilarme y que tenía la firme intención de no hacerlo, por probarme, por ver que pasaba, por sentirme libre y que aunque sabía, que seguramente la presión social, pudieseeda conmigo, porque son muchos años actuando de una misma manera, lo quería intentar, “ uy que vergüenza, conmigo no vengas” o “ a mi no te acerques en público y en bañador” fueron algunas de sus respuestas, por lo que tengo claro que el cambio va a ser difícil, partiendo de la base de que ni tu madre te puede apoyar en una tontería como esta. La publicidad muestra a chicas sin pelos depilándose para estar listas para el verano, los anuncios repiten una y otra vez que el vello femenino en según que partes no es correcto, ni estético, ni bonito, a la vez que nos meten por los ojos cientos de productos para un cabello sano y sedoso. Las íngles y el vello púbico en general ya es otro cantar, está claro que la lectura que sacas es que han de estar al gusto de él, y no al tuyo, por que a qué hombre le va a gustar acostarse con una mujer cuyo vello púbico es más largo que el suyo, no puede ser, se enredarían ambos y quedarían de este modo enganchados hasta el fin de los tiempos, además que no es bonito a la vista. Igual que esos pelos que asoman a ambos lados de la braga del bikini, “que horror” deben pensar muchos y muchas, como si no fuese algo nuestro y natural que seguramente está ahí el resto del año que no es verano, o no, sea como sea, creo y pienso que cada unx es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera, que yo piense que el hecho de depilarse es más bien una cuestión social más que necesaria no quiere decir que no vea bien el hecho de que muchas chicas y chicos lo hagan por gusto, por que quieren, me parece perfecto. La conclusión que intento sacar de todo esto es que debemos ser autosuficientes para decidir sin que estas decisiones conlleven un problema. La que quiera pasear sus pelos libremente que tenga el derecho de hacerlo sin que la señalen o la tachen de guarra, y la que quiera depilarse de forma permanente o regular que tenga también la libertad de poder hacerlo sin que la tachen de antifeminista, ni de poco copañera por que no tiene por que serlo. El otro día leía “Ni depilarme me hace menos feminista ni no hacerlo me hace menos femenina”. Pues eso.