Tenía los dedos rotos de tanto escribir pero seguía haciéndolo aunque la sangre tiñera de rojo el folio, sangró pero no lloró.
Llenaba el hueco, donde antes tenía el corazón, de litros de alcohol y embriagada siguió escribiendo con las manos rojas, sangró pero no lloró.
Cerró las puertas de su mente y no pensó, fue guiada por su pulso y el impulso que la llevaría a cometer otro error, sangró pero no lloró.
En un momento de descuido vio el futuro y lo creyó, no lloraba pero sangraba de dolor.
Y aún sin tinta, sin palabras y sin voz, creo frases de la nada para ser el hada roja, fruto de su propia inspiración.
Y quiso llorar y no lloró, quiso volar y no subió, quiso fingir y no supo, quiso querer y antes de hacerlo se detuvo, lo que antes fue grito ahora era mudo, quiso pintar en el aire pero sus manos se quedaron al otro lado del muro, lo vivo, lo intenso ahora era crudo, apagado, oscuro, quiso romper a llorar y le tocó sangrar por que llorar no pudo.
Tenía los dedos rotos de tanto escribir pero seguía haciéndolo por que era lo suyo.
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