María..

 Pues si que pudo, era ella o él fue suyo?..

Un pie delante de otro con paso firme y algo de orgullo. Un 44 de tacón de aguja con sonido mudo. No andaba, levitaba sobre el leve murmullo. Cada insulto del pasado era ahora un peldaño más hacia su futuro. Pero está claro, fue duro.

Manuel, de aspecto barbudo. Su madre Toñi, su padre rudo. Manuel casado, Manuel el viudo.

En un pueblo pequeño donde lo tuyo es suyo.

Siguió caminando con la garganta hecha un nudo, más valiente que nunca, más alto, más desnudo. La vuelta al ruedo, mirando a los ojos a todo el mundo, uno por uno.

Ella le quería, él se acostumbró a ser suyo. Un noviazgo, una boda, un truco.

Se levantaba por las noches, a pecho descubierto y sin escudo, se quitaba su disfraz y pintaba su cara de colores crudos. Frente al espejo era su momento y, esa noche, el momento oportuno, cuando sombreaba sus ojos, con el corazón en un puño que vio abrisrse la puerta : "no puede ser, estaba despierta", y entró tan lenta, tan bella aún dormida, pensó, tan buena. El pintalabios quedaba mejor en su boca más pequeña, se lo robó con un beso y después de eso cerró de nuevo la puerta, por fuera.

Ella le quería, esa historia era cierta. Él fue mentira, a medias.
Aprendió a quererle de todas las maneras. Ninguno era feliz, Manuel cree que María murió de pena y ahora qué le queda?.. Un armario lleno y un vida sin ella.

Seguía andando por los dos, sin rumbo fijo. Le tomaron por loco desde ese día a lo que Manuel dijo : "Reíros ahora que ella ya no puede sufrir, hoy mi vida es mía, podéis empezar a llamarme María".