10/3/15

Despierta..

La ventana un poco abierta, la luna que está, como nosotras, despierta, la luz de esta que en tu cara refleja  mil y un colores entre sábanas envuelta. Y tus ojos que juegan con mis nervios que sueñan, antes de cada palabra un suspiro que quema, el alma en vilo entre besos que esperan, cada vez más cerca, cada vez que te acercas construyo campos rodeados de verjas que saltas con solo una sonrisa antes de que me de cuenta. Yo tiro los dados y tu juegas, yo lanzo preguntas al aire que salen de escopetas ciegas, tus respuestas son las balas que entre los dientes aprietas. Se que tu piel es suave antes de que la sienta y de un modo sutil me dejas verla, adivino a tientas, mis manos aciertan a ritmo de caricias sedientas. Esta noche no hay reglas solo nuestra respiración que baila en la misma escena perfecta. Mi mente va más rápido de lo que cuentan mis letras, y un silencio tuyo hace que se abran puertas, que se consuma el tiempo que nunca llega, casi a oscuras intuir tu lengua, mojada de las ganas que tiene de que yo la humedezca, un gesto, una mueca, un pecado oculto camuflado en mezclas de sutileza, tan obvio como me lo merezca. Yo sigo aquí y tu sigues tan cerca. La noche oscura y la luna espera, ansía el consentimiento para terminar de hacerse entera. Latidos que no frenan, te pienso de una manera que en realidad no quisiera pero soplo y echo balones fuera. Un centímetro menos de lo que antes era, se han puesto de acuerdo los labios para un sálvese quien pueda. Y encajan como pequeñas piezas negras, que tiemblen las piernas, que toquen las manos, que vean los ojos abiertos o cerrados, el pacto de impacto impacta en el acto y es aire que exhalo, placer por ambos lados de un momento que entre gemido y gemido repaso y mis dedos abren paso, resbalan hasta hacerse con el control de cada paso que ando, de arriba a abajo, de dentro a fuera, de contigo sin mi en una esfera infinitamente nueva. Llegan mis gritos hasta lejanas tierras y vuelven envueltos en ganas de más antes de que te arrepientas. Manzanas mordidas cuelgan de cuerdas, serpientes entre nuestros cuerpos esperando sus recompensas, miradas que se esconden en habitaciones pequeñas. La luna se da la vuelta, la noche corre de mi cuenta, se que antes que a mi miedo prefieres a mi fuerza. Noto en mi la sangre de tus venas, siento en ti el temblor de tus piernas. Qué hora es?.. Despierta.. Despierta.. Despierta.. 

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