Te presto, te rento, te ofrezco, te pierdo, te aliento, te empujo, te cuento, te calmo, te ayudo, te atiendo, te entiendo, te quiero querer, te pierdo, te escucho, te freno, te “todas las cosas” que te puedo dar y al final un “te muero”.
Casi sin querer, un dejarse matar tan lento, que cae en forma de tiempo por todo tu cuerpo y luego cuando creo que es el final, despierto. Otra vez a escribir otro cuento que ya me se de memoria y que acierto, se cada acento que debo escribir por seguir siendo lo que aparento y no puedo dejarme ir por no decepcionar a lo que represento.
Yo pongo las risas, pon tu los momentos, yo pongo el “todo va bien” elige tu el escenario del crimen perfecto.
Dame silencios que consejos ya tengo, dame una bofetada en un entorno negro que yo me manejo y si he de perderme, me pierdo, no me preguntes por donde tengo que salir, preguntame como he salido de esto que yo te lo cuento.
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