Cuando el vapor se esparce por toda la habitación
Me duele la garganta de callarme tanto
Voces que se hacen ruido y que quiero dejar de oir
Me persiguen clavando sus garras
Soy la presa perfecta
Siempre me quedo quieta
Inmóvil e inerte ante un orador
Ya no tengo ni frio ni calor
Cuando el vapor se esparce por toda la habitación
De todo lo que respiro bajo las mantas
Se empañan los cristales y lo sabe el sol
Refleja la luz la suciedad incrustada
Pero ya no tengo ni frío ni calor
Soy la presa y me ofrezco sin resistencia
Si pienso que no puede haber algo peor
Por qué no intentar ver lo que atormenta
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