Contigo sigo, vivo. Fallo, aprendo y rectifico. Contigo hago camino, cuando entro en mi mente a escondidas y encuentro solo cajones vacíos. Contigo repito. A oscuras, casi siempre, sin pensarlo, me precipito. Eres heroína que me salva de cada salto al vacío y en cada punto y a parte encuentro siempre, gracias a ti, un punto y seguido.
Leo, cuando no se que decir, lo que escribo, me persigo
una y otra vez por el mismo recorrido y caigo al suelo que me ha visto morir,
siendo mis dedos bolígrafos. Contigo soy entera y sin ti mitades que grito,
elijo el momento preciso para dejarme llevar en ese bucle infinito, por que sin
ti no se ser, ahora mismo y soy algo real contigo.
Esparzo mis sesos por el río para que al nadar contigo me
hagan más fácil el camino, y que el miedo no sea la meta final de un destino que
imagino. Contigo tengo lo que necesito, son mis palabras más fuertes cuando no
las digo y creo creer que siento ese escalofrío al desahogarme contigo.
Tu la escritura, yo las frases que escribo. Tu mi
recompensa al final de un día tan frío. Letras que forman estelas que inundan
un mundo vacío. Me sigues allí por donde piso, tinta en un papel liso. Mi
puente hacía lo desconocido, escritura como la voz que marchito, como los pensamientos
que reviso, como vía de escape de
todo lo que no quiero conmigo, tu la prosa que en mi boca solo es ruido.
Contigo desato lo que mata al estar escondido.
Escritura es mi sonido y con su tacto, me abrigo.
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