“No me aportas nada”, boom! bofetón en la cara, a ver quién
me levanta de la cama mañana. Mi cuerpo habla porque yo no puedo y ha hecho que
me retuerza de dolor en el suelo, “lo físico a cambio de lo que va por dentro”
y yo he aceptado deprisa y corriendo pues prefiero sangrar rojo a morir tan
lento. Entonces tiemblo y no acierto a ver mi piel que noto se está pudriendo.
Son mis manos solo dedos borrosos que sujetan afiladas palabras que en la carne
se van hundiendo, no las siento cuando entran dentro pero tiñen ropa de un
color sangriento. “No me aportas nada” así que sigo tatuando mi cuerpo, “me has
decepcionado” estas palabras cortan también mi aliento. Me siento, me aparto el
pelo, se como controlar todo esto pero hoy no quiero, yo que estoy en el mismo
punto que estaba hace un mes y medio he de arrancar de raíz sentimientos y no
se como hacerlo. Se abre mi boca y escupe negro, por instinto vacío todo lo
malo que guardo dentro, son mis ojos solo agujeros, en mi mente frases crueles
que apuñalan recuerdos, vuelvo a juntar las letras y dejar que estas me marquen
a fuego. Elijo otra manera de gestionar el dolor y no me arrepiento, soy yo
frente a un espejo que vuelve a verme de nuevo. Hoy no quiero escribir más ni
salir de mi encierro. Hoy no me importaría volar entre las nubes del cielo y
reír al hacerlo. Hoy sigo sin entender por que tu boca, que me vuelve loca, ha
decidido morderme por dentro, asi que llenaré ceniceros y dejaré actuar a mi
cuerpo que es el único que sabe que, poco a poco, me estoy muriendo y parece que tiene las claves para resolver el misterio.
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