20/1/17

La hora de las Musas..

Ahora sí que sí. Que sí. Que sí.. He quedado con las musas y han decidido venir, me echan humo en la cara y gritan “Venga, a escribir!”. Tienen prisa pues luego han quedado para salir. Hoja en blanco y ahora me toca a mí. A ver, que quiero decir.. Ah si, que todo lo que tengo de grande lo tengo de cursi con tilde en la “i”. Todas apuntan sus armas cuando me ven venir porque piensan que puedo con todo y que ninguna de sus balas me puede herir. Y en vez de llorar delante de ellas me da por reír pero eso no quiere decir que cuando les de la espalda no me vaya a hundir. No soy de hielo y no me gusta fingir, tengo los talones rotos de tanto correr en dirección contraria a la que tengo que elegir pero sigo aquí y es hora de decidir. Tengo a una musa dormida encima de mi hombro y a otra dictando lo que debo escribir pero acabamos discutiendo porque lo que dice no lo entiendo ya que acaba de llegar de París. “El amor es lo más bonito que te puede ocurrir” “No estás completa hasta que otra persona te complete a ti” Y un etc muy aburrido que le ha contado a Cupido y ahora quiere hacérmelo creer a mí. Esta musa se va a tener que ir. Sigo con lo mío. A mi derecha un cenicero que creo nunca vi vacío y a mi izquierda un cuaderno rojo donde dibujo a seres rotos con dificultades para vivir. A veces rimo, a veces dejo de hacerlo para escribir exactamente lo que quiero decir. A veces estoy viendo una película y tengo que pararla porque mi mente no va a esperar hasta que se acabe el film. A veces estoy tan en la mierda que mi corazón deja de latir. Literalmente oigo como grita, a través de mi boca, pidiéndome salir. Y cuando no me llega el aire y no hay algo que me calme suelo desistir, cada una nos proporcionamos el dolor de la mejor manera que se nos suele ocurrir. Yo sango por los ojos, lloro encima de los folios y, sin querer queriendo, me suelo destruir. Esto no va de quien es más buena o de quien se debe redimir, esto trata de mí como persona individual y de lo que quiero conseguir. Esto va de prohibirme ahogarme y de dejarme sentir. Ahora es por ti pero mañana, o me doy los abrazos que no quieres darme o, voy a empezar a morir. Ojalá no fuese así. He hecho un trato con las musas para aceptar, de una vez, que ya no piensas en mi. Para romper todos los planes que no se van a cumplir, para dejar de mirar fotos con cara de niña feliz. A cambio ellas me van a inspirar y no solo cuando quiera dejar de vivir. Ni bien ni mal, ni mala ni buena, ni libertad ni condena, solo seguir. “Pues tú te lo pierdes” es una frase que jamás me atreveré a decir, pues no es que yo salga ganando cuando tú te alejas de mi, más bien pierdo siempre si pienso en las cosas que estaban por venir. En fin, no será la incertidumbre la que no me deje dormir. Sigo sola que ya lo he hecho otras veces y creo que una más voy a poder resistir. Mientras me sangre el cuerpo no voy a fingir, mientras me quede aliento no voy a dejarme morir, mientras me funcione la mente voy a escupir en las hojas lo que nadie parece que quiere oír. Que no te intereso y has perdido eso que un día hizo que te fijaras en mi? Que te has dado cuenta que estar conmigo no te renta pero no te atreves a decírmelo así? Que tus “te quiero” eran efímeros y que ahora con los míos he de saber apañármelas para poder sobrevivir? Pues ahí poco tengo que decir, excepto que, aunque fuese por respeto, sería la clase de cosas que me gustarían oírtelas decir a ti, si es que eso es así. O por pena, o por lo que un día fui yo, Verena, o por no alargar la escena que me tiene en un sin vivir. Las musas se acaban de ir. Llegan tarde a su fiesta por intentar darme respuestas y evitar que yo misma vuelva a hacerme sufrir. Ya no hay algo que corte cerca de mí, ya no hay miedo dentro de mi cuerpo que me impida dormir. Ya no hay, a qué si? Ahora sí que sí, que sí, que sí..

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